lunes, 1 de marzo de 2010

EL PODER DE LA ESCUCHA

Cuando tenemos un muy buen servicio que ofrecer, tendemos a pensar que debemos decirle a las personas lo que deben hacer.
Sobre todo a quienes trabajamos con seres humanos, una vez revisadas las teorías que explican como funciona nuestro cuerpo o como funciona nuestra mente, tendemos a creer que este funcionamiento es rígido y generalizado.
Pero la verdad es que cada persona es diferente. Cada quién tiene una historia diferente. Aún nuestras células han estado expuestas a diferentes estímulos desde que éramos niños.
¿Cómo pretender que tenemos conocimiento absoluto de lo que le ocurre al otro?
Es necesario escuchar, aún las historias que nos parecen más absurdas podrían tener algo de sentido en la vida del otro, en su historia y su contexto. Y nuestro servicio a los demás nunca va a ser efectivo si no escuchamos estas verdades profundas y extrañas para nosotros.
No se limite a la teoría, ni a lo que tradicionalmente ha hecho su empresa, evite las frases "yo siempre he...", "lo que siempre funciona es..." o "lo que usted tiene que...".
No hay recetas. Cuando entendemos esta gran verdad nos vemos en la necesidad de escuchar a cada cliente con detenimiento, es como tratar de conocer un mundo totalmente nuevo y después de comprender sus necesidades ofrecer lo que hay en nuestro mundo que les pueda ayudar.
Las teorías y nuestra experiencia es lo que entra al final de una conversación, como una opción y no como una obligación, como materia prima para que la otra persona construya algo totalmente nuevo, algo que no nos imaginamos que pero que surge de su sabiduría interior. Al escuchar, proponer y observar aprendemos, nos enriquecemos y recibimos.
Escuchar es nuestro primer poder, la primera oportunidad para nuestro negocio tenga éxito, para que podamos adaptarnos, generar satisfacción en nuestros clientes y sobrevivir en un mundo competitivo.

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